jueves, 16 de octubre de 2008

Palabras de un Amo

Palabras de un Amo

Soy tu Amo porque he ganado tu confianza y he abrazado tu sumisión.
He mirado en tu corazón y en tu mente y he visto claramente tus deseos y pasiones.
Has dejado fuera tus temores e inhibiciones, me has hablado de las necesidades de tu cuerpo
y de tu corazón, me has dado total acceso a tu alma y yo acepto esa responsabilidad y ese honor.
Eres una mujer, no eres ni débil ni inferior por ello, eres un tesoro a quien cuidar.
Tengo la fuerza del cuerpo y la mente y la necesidad instintiva para protegerte poseerte
y defenderte. Tu confianza en mí, me da coraje y me guía, tu fuerza dispersa mis dudas,
tus necesidades y deseos alientan mis esfuerzos No somos iguales.
Somos mitades de un todo, nos complementamos el uno al otro.
Mi deseo de dominación es instintivo, mi deseo no debe degradarte, no lo pretende, porque estoy seguro que eres encantadoramente femenina.
Cada uno de nosotros reconoce y acepta nuestro valor y nuestra necesidad de confiar en alguien y cumplir nuestros deseos.
Te quiero segura, fuerte y orgullosa de ser mujer, no te sometes como aceptación de inferioridad, si no por la fuerza y la pasión de entrega que hay en ti, por tu espera de un hombre fuerte,
por el deseo de crecer bajo la fuerza y el control de un hombre, por el deseo del control sobre tu cuerpo, la confianza, la honestidad y la fidelidad de tu corazón.
Sé que te entregas porque he ganado tu confianza, porque te he abierto mi corazón y mi alma, porque he escuchado tus palabras, con el oído y el corazón, y he aprendido a anticipar tus necesidades y tus emociones.
Y porque soy digno a tus ojos, me has dado el mayor tesoro, el dominio sobre ti.
Lo que me has dado es puro, es natural, es el obsequio más hermoso que una mujer puede dar a un hombre, me has dado la certeza inquebrantable de tu compromiso hacia mí, tu entrega es un obsequio y una responsabilidad sagrada, y la acepto con humildad y alegría.
Entiendo el valor y la pureza de este regalo, lo reconozco en tu cuerpo y en tu alma, en tu corazón y en tu mente.
Te domino porque lo has permitido, te domino porque cuando te arrodillas ante mí es por propia voluntad; En mi mente y en mi corazón te elevas por encima de cualquier otra mujer y de cualquier tesoro sobre la tierra, porque lo que me ofreces libremente no puede comprarse ni tomarse por la fuerza

No hay comentarios: